domingo, 14 de junio de 2009

Violadores: no los tratan en prisión ni los controlan cuando salen

"Son pocos los condenados que hacen terapia. Y a los procesados no se les puede ordenar que sigan un tratamiento. En cuanto cumplen la pena, tampoco les hacen ningún tipo de seguimiento especial."


"Suelen ser prolijos, limpios, ordenados. Lo que se define como un buen interno", sostiene Laura Daró, secretaria de la Dirección Principal de Trato y Tratamiento del Servicio Penitenciario Federal (SPF). "En general tienen muy buenos informes de conducta en sus legajos carcelarios", sostiene Inés Parodi, encargada de la División Pre-Libertad y Asistencia Post Penitenciaria del Patronato de Liberados de Capital. "Enmascaran su personalidad y pueden engañar fácilmente si el profesional no está capacitado", advierte Julio Castro, de la Unidad Fiscal de Delitos contra la Integridad Sexual y Prostitución Infantil de la Procuración General de la Nación.


Estas definiciones apuntan al perfil de un mismo tipo de delincuente: el de los abusadores sexuales, que tiene a los violadores como su expresión más violenta y dramática. La paradoja "buenos" adentro-"malos" afuera es una de las tantas que rodean el tema de los atacantes sexuales, uno de los problemas penales más difíciles de encarar, resolver y controlar.


Fue con buenos informes que Marcelo Pablo Diaz -condenado por violacion- logró que le otorgaran salidas transitorias de la cárcel de Ezeiza. En una de ellas, el 22 de mayo pasado, mató a Soledad Bargna (19), cuando la chica se resistió a que la violara en el edificio donde ambos vivían, en Caballito.
Algo similar pasó con Claudio Alvarez, quien en diciembre de 2005, estando en libertad condicional, asesinó a una mujer que vivía en el mismo PH de Nuñez, luego de violarla a ella y a su hija de 13 años durante horas.


Ambos casos impactaron a la sociedad y reabrieron polémicas. Como reveló un informe de Clarín publicado el 7 de junio, por carencia de medios los controles sobre los convictos que reciben algún tipo de beneficio excarcelatorio son muy débiles o no existen (como en los presos con salidas transitorias). Y aunque en los patronatos de liberados se intenta una atención mayor a los violadores, los propios asistentes sociales admiten que esto es casi imposible por la falta de personal.


Según los especialistas consultados por Clarín, el debate sobre cómo el sistema penal debe tratar a los violadores sigue pendiente al punto de que no existen estudios sobre el tema ni estadísticas que avalen la afirmación de que el nivel de reincidencia en los delitos sexuales es alta.


De acuerdo a cifras del SPF, de los 250 condenados por delitos sexuales alojados en unidades federales, 37 tienen declaración de reincidencia. "Pero la verdad es que nadie estudió si reincidieron en el mismo delito o, por ejemplo, la primera condena fue por robo y la segunda por abuso sexual", admitieron fuentes penitenciarias.


Castración química, quirúrgica, pena de muerte, sentencias de por vida, son algunos de los reclamos más radicales que surgen cuando un caso impacta a la gente. Los expertos coinciden: son inconstitucionales e inútiles. "Disparates sin sustento juridico", define el fiscal Julio Castro.


"La clave está en el tratamiento penitenciario. Hay muchos casos de abusadores sexuales que son recuperables. Si metemos a alguien así en la cárcel y no lo tratamos es lógico que reincida cuando recupere su libertad. Y cuando hablamos de abusadores estamos hablando, en su mayoría, de violaciones intrafamiliares, incesto", agrega Castro, quien en 2008 fue informado a través de las comisarías de 173 denuncias, 34% de ellas con autor identificado.


Isabel Boschi, licenciada en Psicología (UBA), trabaja con "ofensores sexuales" bajo el lema de que "toda persona que tiene un problema tiene que ser asistida. Y un ofensor sexual, si no es tratado, es un riesgo total".


Miembro de la Asociación Internacional para el Tratamiento de los Ofensores Sexuales, Boschi sostiene que en este tipo de casos "no hay que buscar una cura sino que la persona pueda manejar situaciones de riesgo y evitar la reincidencia. Hay hombres que me enviaron de los juzgados que durante años, estando presos, pidieron ayuda psicológica sin lograrlo", cuenta la especialista, quien trabaja en algunos casos del Patronato de Capital.


Uno de los temas mas críticos sobre los violadores es el tratamiento (o la inexistencia de él) en el ámbito penitenciario. Para empezar, los "procesados" no pueden recibir terapias específicas porque la Justicia aún no los considera delincuentes sexuales y tratarlos como tales sería inconstitucional. Por otro lado, son pocos y muy recientes los programas para condenados.


A esta carencia se suma que "en general los abusadores sexuales no quieren hablar de lo que los llevó a estar presos, niegan de plano ser culpables y les cuesta aceptar ayuda psicológica", resume la Licenciada Norma Gaozza de Terrible, coordinadora del Patronato de Capital.


Por lo pronto, en septiembre pasado, el Servicio Penitenciario bonaerense puso en marcha el "Programa de Asistencia y Tratamiento para los detenidos por delitos contra la identidad sexual". La prueba piloto comenzó en la cárcel de Olmos con terapias individuales y grupales.


El SPF pronto tendrá el suyo: "Nosotros elegimos la Unidad de Rawson, donde el 10% de los presos está allí por delitos sexuales", adelantó Laura Daró, del SPF. También basado en terapias grupales voluntarias, "nuestro programa de tratamiento comenzara a implementarse cuando al preso le falten dos años para salir en libertad y tendrá una auditoria externa", agregó.


Tratamiento o penas cada vez más prolongadas. Recorte de beneficios o mejores controles. El debate sigue abierto.

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