En los últimos años, las terapias de tercera generación como el Mindfulness o Atención Plena está experimentando un enorme auge como técnica de tratamiento para diferentes problemas psicológicos, cuyo objetivo consiste en que la persona aprenda a centrar toda su atención en el presente, en lo que está sintiendo, pensando o experimentando en cada momento presente.
Consecuentemente, cada vez son más los estudios publicados sobre la eficacia de esta técnica para la prevención de recaídas en el consumo de drogas, para la intervención en problemas de ansiedad o trastornos del estado de ánimo, entre otros.
En esta línea, recientemente se ha presentado una tesis doctoral en el Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada. Luis Carlos Delgado Pastor ha sido el autor de este trabajo, dirigido Jaime Vila Castelar. Tal y como se recoge en algunos medios de comunicación, el objetivo de dicho estudio era el de analizar la eficacia de un programa de entrenamiento en Mindfulness tanto a nivel subjetivo (experiencia de una menor sintomatología ansiosa o de bajo estado de ánimo) como a nivel psicofisiológico (modificaciones en algunos parámetros fisiológicos como la frecuencia cardiaca, tasa respiratoria, o la tensión muscular). Este programa se aplicó en dos grupos diferentes, uno de mujeres con trastorno de ansiedad generalizada o preocupación crónica y otro de profesores de enseñanza secundaria.
Finalmente destacar que los resultados mostraron la eficacia de esta técnica, en ambos grupos, puesto que los participantes refirieron una reducción en la experiencia de ansiedad y tristeza, así como también se constató una reducción de los parámetros mencionados.
interesante muy interesante, ya que abre las puertas a nuevas formas y métodos de tratamiento terapéutico en base a una especie de inside en todo momento del presente. Nunca esta demás aprender metodologías innovadoras.
ResponderEliminarmuy buen articulo
ResponderEliminarYo, que pienso demasiado, trato de usar, unas veces con más éxito que otras, la terapia de instalarme en el tiempo presente. Si me instalo en él, nunca aparece la ansiedad ni la preocupación. Es una utopía estar siempre en el momento presente, pero no lo es estarlo la mayor parte del tiempo. Lo dicho: conmigo funciona.
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