sábado, 20 de junio de 2009

Hombres jóvenes superan cinco veces tasa de mortalidad de las mujeres


"Salida de las madres a la calle debe llamar atención del Estado"


La directora del Instituto de Psicología de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Mireya Lozada, expresó su alarma ante el hecho de que en los centros urbanos del país "estamos generando un nivel de mortalidad del género masculino, de jóvenes que no llegan a alcanzar 25 años, cinco veces superior al de las mujeres, sin razones médicas o demográficas. Ante esto, el Estado no da respuesta".

Lozada, psicóloga social y coordinadora de la Maestría en Psicología Social y Diploma de Participación Social y Construcción de Ciudadanía de la UCV, saludó la iniciativa de "Madres por la Vida", agrupación que convocó para hoy a una marcha en protesta por la violencia en las calles y los asesinatos impunes de miles de venezolanos.

La académica -recién premiada con el galardón Francisco De Venanzi por su trayectoria como investigadora en Ciencias Sociales- destacó la importancia de "impulsar colectivamente las prácticas ciudadanas y acciones tendientes a la reparación social y a atender el impacto psicosocial que la violencia tiene en la población".

Si bien la institución a la que está vinculada no promueve la acción de las "Madres por la Vida", Lozada expresó su respaldo personal y recordó a una integrante de su gremio, Ana Matilde Raimondi de Bellorín, víctima de abuso policial.

Destacó lo importante que es que "se visibilicen los mecanismos para formular las denuncias, de modo de presionar a las instancias del Estado, que deben hacerse eco de eso. La salida de las madres a la calle debería llamar la atención de las autoridades. Esa marcha es un llamado de atención a ellos".

Insistió en que es "un gran paso" que se trate de sensibilizar a la población en general -no sólo la que ha sido directamente afectada por la violencia- sobre un problema "que ha estado confinado a los espacios privados".

"Es muy pertinente que las madres que han perdido uno o varios hijos, expresen su dolor, y exijan a las autoridades competentes la justicia y el cese de la violencia. Lo que está sucediendo es que cada familia se queda con su dolor y su miedo y por esa sensación de impunidad se repliega. No se activan las redes sociales de apoyo necesarias para procesar y superar ese duelo. Incluso, a veces se protegen porque algunos medios de comunicación los irrespetan y hacen uso político del sufrimiento de las víctimas y hasta se pone en riesgo a los testigos".

Alerta que la población puede estar considerando inútiles los mecanismos legales de denuncia y de ejercicio de la justicia y "el no saber a quién recurrir lleva a los sectores sociales a que se armen y busquen ejecutar sus propias acciones de justicia. Hay una suerte de violación de las normas mínimas de convivencia y eso nos puede llevar a un estado anímico con consecuencias impredecibles".

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