Los enfoques actuales sobre el error humano se han venido desarrollando mediante una búsqueda continua de factores relevantes para la descripción y explicación de los accidentes, en dicha búsqueda se ha ido ampliando el ámbito del factor humano hasta alcanzar al sistema del que forma parte como generador de las disfunciones (el papel del contexto). Es por ello que la propia noción de error humano es hoy día cuestionada al provenir de una conceptualización individualista de los procesos de producción complejos, entrando en escena conceptos relacionados con la noción de actividad situada y conocimiento socialmente distribuido.
Este conocimiento obtenido sobre los propios errores ha forjado una nueva visión sobre el funcionamiento humano bastante alejada de la representación social tradicional. Un ejemplo de ello es la resituación del papel de la emoción en la actividad humana: la emoción no sólo se interpone entre persona y producto, sino que antecede a su interacción determinando y regulando la actividad humana. De este modo, el llamado marcador somático determina los primeros parámetros de la interacción y es, a su vez, modificado por ésta.
En esta línea Llano y Sebastián (2008) definen la Neuroergonomía Cognitiva como el estudio de los mecanismos neuropsicológicos implicados en la adaptación mutua entre el ser humano y su marco de relación con el entorno (objetos, personas, espacios, organización,…) con el objetivo del diseño y optimización de la actividad humana. Desde esta conceptualización, la subdisciplina de la ergonomía llamada neuroergonomía cognitiva hace referencia al conjunto de conocimientos neuropsicológicos pertinentes al análisis y a la solución de problemas ergonómicos desde el enfoque de la ergonomía de la actividad.
El enfoque de la Ergonomía de la Actividad tiene la virtud de superar la visión, ya obsoleta, del ser humano como receptor pasivo de las condiciones del entorno. No obstante, desde la perspectiva del Diseño Centrado en el Usuario es común observar que la referencia al usuario queda reflejada de modo un tanto simplista en una cartografía de límites. No es suficiente con usar un listado de los límites humanos para la innovación, esto es sólo una parte de la ecuación y muy a menudo se hace mal en conformarse inadecuadamente con aplicar unos criterios estándar a pesar de que se sepa fehacientemente que no existe el ser humano estándar sino las personas en singular. La información de que se dispone sobre los propios límites es valiosa pero es solamente información. Por el contrario, faltarían conocimientos sobre las relaciones del ser humano con su entorno, consigo mismo, con otros seres humanos.
Esta visión de la actividad humana es sin duda relevante para la gestión de la innovación y el diseño, generando un nuevo paradigma que se ha llamado Natural Activity Design (NAD- Diseño Natural de la Actividad) donde actividad natural designa a la actividad mediada por artefactos y situada culturalmente. Desde este modelo, se hace especial hincapié en la concepción del funcionamiento humano en un escenario de actividad y no en un laboratorio. Es por ello que lo etnográfico y lo descriptivo sustituye (o al menos complementa) al enfoque actual exclusivamente metrológico. De este modo, se convierte en imprescindible el análisis conjunto de metodologías como la observación, las verbalizaciones y el análisis documental (triangulación).
Un esquema del paradigma NAD puede verse en la figura 1, en la que se ofrece una evolución del diagrama clásico de Engeström sobre el sistema de actividad introduciendo cambios para la innovación y el diseño. Los cambios efectuados han sido:
Papel central de la emoción en todo el proceso: la emoción es vista como un elemento de la co-construcción de la realidad y como un elemento de la interacción más que un proceso intrapsíquico de reacción tras la interacción.
Las restricciones incluyen a las normas y a las condiciones del escenario de actividad.
Las fronteras hacen referencias a la gestión concreta del diseño sobre un producto (¿se agota esa gestión en la comunidad, en un segmento, en la sociedad, etc.?).
La organización hace referencia al papel de los factores psicosociales (de contenido y de contexto).
Mediante el modelo NAD se superan varios de los dilemas actuales del diseño y la innovación. Por ejemplo: el efecto del primero que innova será beneficioso sólo en el caso de que se introduzca una pieza del diagrama NAD (figura 1). Si se cambia el escenario de actividad completo, se requerirá de un aprendizaje nuevo. Por tanto, el beneficio será para los refinamientos posteriores. De este modo, un diseño continuista tendrá que ver con el cambio de unos pocos elementos del diagrama, mientras que la traslación del esquema de actividad para otro segmento poblacional o el cambio completo del esquema será rupturista.
Se podrían esbozar algunas claves del enfoque NAD en el siguiente decálogo para la reflexión:
Diseño centrado en la actividad: la parte central del diseño es el sistema de actividad y sus componentes, no el producto, la novedad, o la referencia al conjunto de límites humanos.
Diseño emocional: la emoción ha de verse como un sentido exploratorio (creación del marco) más que como un sistema de reacción tras la interacción. Se debería sustituir el impacto emocional del diseño (efecto wow) por el diseño emocional de la acción.
Diseño evaluable: se diseña e innova para la optimización de la actividad humana en términos de seguridad, eficacia, eficiencia, efectividad y usabilidad.
Diseño creativo: la creatividad es inherente al proceso de diseño. No obstante, este atributo nace más bien del esfuerzo mantenido que de la espontaneidad. El mundo está lleno de "ideas brillantes" que se desechan nada más entrar en contacto con los usuarios.
Diseño estético: lo estético-artístico se engrana en las expectativas culturales (actividad situada).
Diseño natural: a medida que crece el número de variables de la actividad (figura 1) y que cambia la innovación, crecerá también la tensión de la adaptación del usuario. Esta tensión representa el gradiente entre diseño continuista y el diseño rupturista.
Diseño ecológico: la descripción y la pertinencia (validez ecológica) es más importante que la metrología y la precisión.
Diseño sostenible: el diseño debe situarse en los parámetros culturales y locales que le confieran una integración plena en su medio (ejemplo de la silla de enea).
Diseño heurístico: el diagrama NAD forma parte de la tradición de la teoría de la actividad que aporta comprensión de los escenarios de actividad así como un valor heurístico de nuevos productos y servicios.
Diseño metodológico: el brief, la observación, la entrevista, la verbalización y, en definitiva, la triangulación y la etnografía son herramientas necesarias para el diseño.
Sin entrar en más particularidades del mundo del diseño y la innovación, se puede evaluar una innovación o diseño empleando el diagrama de la figura 2 en la que pueden observarse los siguientes elementos:
Efectividad: hasta qué punto una acción concluida corresponde a los objetivos (en qué medida éstos han sido cubiertos).
Eficiencia: es la medida en qué se emplean, racionalmente, los recursos.
Eficacia: indica la medida en qué los recursos empleados son los adecuados para alcanzar los objetivos previstos.
Usabilidad o utilizabilidad (UNE-EN ISO 9241): grado en que un producto puede ser utilizado por usuarios específicos para lograr objetivos concretos con eficacia, eficiencia y satisfacción, en un determinado contexto de utilización.
Seguridad: disponibilidad y eficacia de principios, leyes, normas y mecanismos de prevención de los riesgos inherentes al uso de un producto que pueden ocasionar un accidente.
En definitiva, hoy día se cuestionan los paradigmas tradicionales, los modelos existentes respecto al funcionamiento de buena parte de nuestro mundo, de las líneas de acción que hasta el momento han dado lugar y los propios principios sobre los que se sustentaba nuestra idea del ser humano. Por ello, se necesitaría una nueva tendencia, un nuevo modelo que integre los conocimientos existentes y supere la brecha que suponen los dilemas actuales de la innovación y el diseño. En este sentido, el modelo NAD pretende aportar una nueva visión de la actividad humana para el diseño e innovación de productos y servicios desde la Ergonomía y la Psicología.
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