Determinadas situaciones familiares están asociadas con una mayor probabilidad de consumo de drogas en los adolescentes. Existe un cierto consenso entre los investigadores acerca de la existencia de cinco grandes factores de riesgo familiares: el tipo de estilo educativo parental, la presencia de destacados conflictos familiares, las actitudes parentales hacia el consumo de drogas, la calidad de los lazos afectivos entre los padres y los hijos, y los estilos de comunicación familiar. Por este motivo, los Programas de Prevención Familiar (PPF) son considerados un componente necesario de cualquier plan de prevención, a pesar de los obstáculos que se han encontrado para conseguir la asistencia de las familias y las modestas tasas de éxito recogidas por la mayoría de los PPF.
Dentro de la prevención familiar universal, es frecuente encontrarse con tasas de participación del 20-25% o incluso del 5%. Además, los asistentes suelen ser los padres de familias con menor cantidad o intensidad de factores de riesgo. Los principales factores de riesgo familiar relacionados con el consumo de drogas en adolescentes son los mismos que los implicados en la falta de asistencia de los padres a estos PPF.
Se ha demostrado que una disciplina parental ineficaz acompañada de fracaso académico en los hijos y de la presión ejercida por los compañeros constituye un importante predictor de conductas antisociales en los adolescentes. La existencia de escasas habilidades sociales o la transición de la educación primaria a la secundaria también son importantes factores de riesgo para la implicación en conductas antisociales. Así mismo, la credibilidad percibida por parte de los padres de la entidad que convoca a un programa de prevención puede ser una variable determinante de su asistencia a estos PPF. También son importantes las actitudes del equipo directivo y del personal del centro escolar hacia los padres así como la calidad de la relación de los padres con los tutores, los profesores y el personal de la escuela.
De acuerdo con esto, el objetivo del estudio consistió en estudiar tres aspectos: (1) la relación entre la valoración parental de las convocatorias remitidas desde el centro escolar y los factores de riesgo familiar; (2) la existencia de diferencias en la asistencia de los padres a un PPF en función de su valoración de las convocatorias remitidas desde el centro escolar; (3) la existencia de diferencias en la asistencia de los padres a un PPF en función de la presencia de factores de riesgo familiar.
Para ello, se trabajó con 339 familias, procedentes de tres IES asturianos. El perfil socioeconómico de los alumnos osciló entre medio-bajo y medio. Se seleccionaron los cursos de 1º y 2º de ESO (12-14 años). No se registraron diferencias previas, estadísticamente significativas, entre las familias participantes.
Con el objetivo de valorar los factores de riesgo familiar anteriormente comentados, se aplicó el Cuestionario de Factores de Riesgo Familiares y Consumo (CFRFC). Así mismo, se realizó la Encuesta de Variables Relacionadas con la Asistencia (EVRA) para conocer la valoración de los padres acerca de las convocatorias remitidas por el centro escolar y se cuantificó un índice de Asistencia y Abandono al PPF (asistencia inferior a 5 sesiones principales de las 7 que incluye el programa).
Los principales resultados del presente estudio fueros los siguientes:
El porcentaje de asistencia de las familias a alguna sesión del programa fue del 8%. Dentro de estas familias, el porcentaje que mantuvo una adherencia adecuada fue del 60,7%, mientras que un 39,3% abandonó la intervención.
Sólo el 19% de los padres ha tenido experiencias previas en PPF; el 85% ha encontrado tales programas bastante interesantes o bien totalmente interesantes. La mayoría de los padres manifiesta asistir a todas (58,9%) o a casi todas (34,8%) las convocatorias. Tales convocatorias suelen resultarles muy interesantes (37,8%) o bastante interesantes (56%), así como bastante útiles (59,2%) o muy útiles (23,2%). La mayoría percibe la dirección de su centro como bastante eficaz (69,5%).
Los padres con mayor formación académica y que acuden a un mayor número de convocatorias tienen estilos educativos más apropiados e hijos que consumen menos, así como los padres con mayor interés en las convocatorias del centro escolar.
n conclusión, lo resultados sugieren que los padres manifiestan una buena disposición para involucrarse en las labores preventivas pero que su participación real en las acciones propuestas es muy escasa. Los padres tienen una importancia fundamental en todo planteamiento preventivo, por lo que deben asumir un papel activo en este tipo de intervenciones. Algunos autores sugieren que los esfuerzos de captación deben apoyarse en la flexibilidad de los programas, enfatizando los beneficios que pueden obtenerse por participar en ellos y asegurando absoluta confidencialidad. Otra alternativa sería informar a los padres de los proyectos de la escuela acerca de la prevención del consumo de drogas e invitarles a participar en la definición de los objetivos de dichas actividades.
La principal limitación del estudio es que se basa en la muestra de padres que acudieron a las reunión inicial del curso escolar, momento en el que se aplicó el EVRA. Este tipo de reuniones son las más concurridas, pero cabe suponer que asisten, precisamente, los padres más preocupados por la educación de sus hijos y no aquéllos que pretendemos comprometer en las intervenciones preventivas.
Sobre los autores:
Susana Al-Halabí. Doctora en Psicología por la Universidad de Oviedo. Actualmente trabaja para el Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM), donde lleva a cabo varios proyectos de prevención de conductas de riesgo en adolescentes. Es autora de numerosas publicaciones acerca de programas de prevención familiar del consumo de drogas.
José M. Errasti. Profesor Titular del Departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo. Ha participado en numerosos proyectos acerca la prevención y el tratamiento del consumo de drogas. Es autor de numerosas publicaciones relacionadas con las conductas adictivas.
José Ramón Fernández-Hermida. Profesor Titular del Departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo. Ha participado en numerosos proyectos acerca la prevención y el tratamiento del consumo de drogas. Es autor de numerosas publicaciones relacionadas con las conductas adictivas. Actualmente coordina el Grupo de Conductas Adictivas de la Universidad de Oviedo.
Roberto Secades-Villa. Profesor Titular del Departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo. Ha participado en numerosos proyectos acerca la prevención y el tratamiento del consumo de drogas. Es autor de numerosas publicaciones relacionadas con las conductas adictivas. Actualmente coordina el Grupo de Conductas Adictivas de la Universidad de Oviedo.
José Luis Carballo-Crespo. Profesor Ayudante Doctor del Departamento de Psicología de la Salud de la Universidad Miguel Hernández de Elche. Ha participado en numerosos proyectos acerca del tratamiento del consumo de drogas. Es autor de numerosas publicaciones relacionadas con las conductas adictivas.
Olaya García-Rodríguez. Profesora Ayudante Doctor del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Barcelona. Ha participado en numerosos proyectos acerca del tratamiento del consumo de drogas. Es autora de numerosas publicaciones relacionadas con las conductas adictivas.
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